Una terraza es para muchos un elemento de la vivienda imprescindible, pero, paradójicamente, la reforma de este espacio suele atrasarse para dar prioridad a otros. Muchas veces, en una casa, el resultado termina siendo un interior magnífico con exteriores que desentonan. Si quieres plantearte el reformar tu propia terraza, te explicamos una serie de consejos para que sea un éxito. Eso sí, siempre de la mano de un profesional del sector.

Para reformar y actualizar tu propia terraza: ¿por dónde empiezo?

Un buen comienzo sería pensar en sistemas que sean de rápida fijación, que te proporcionen al mismo tiempo todas las prestaciones en materia de antideslizamiento, resistencia a la intemperie y facilidad de mantenimiento.

Respecto a la relación de la casa con la terraza, tendrás dos tipos de vistas: la primera es la lejana, con la perspectiva puesta en el paisaje o el cielo, y la segunda es la cercana, es decir la propia terraza, que por su condición anexa a la vivienda parece de sentido común que se planifique como una extensión del interior.

Cuando vayas a encargar el proyecto de reforma, mira que sirva para las cuatro estaciones del año; es decir, soluciones que resistan a la intemperie y un paisajismo adaptado al clima para disfrutar los doce meses del año. Y no te olvides de resaltar su punto fuerte: las vistas, la barandilla, su forma, la puesta de sol, entre otros elementos.

Distribución del espacio

En este aspecto, debemos sacar el máximo partido de la comunicación interior-exterior para ganar superficie, lo que en viviendas de pocos metros cuadrados es de gran ayuda. Así pues, es menester inevitable que exista una relación fluida, aprovechando la misma para ganar en perspectivas. Y para conseguirlo, la distribución interior tiene que tratar el exterior como un ambiente más. Un planteamiento abierto y sin obstrucciones implica aberturas amplias y sistemas de puertas plegables o correderas. Hay que tener en cuenta lo que se ve desde el interior y plantearse cuestiones del tipo: ¿Dónde me gustaría ver más verde? ¿me tapa la mesa la vista de fondo? Y así hasta configurar una relación de perspectivas.

Tendencias 

El llamado estilo “slow” también se da con terrazas. Actualmente, ante el avance imparable del teletrabajo desde casa, este espacio se ha convertido en una auténtica válvula de escape. Sentarse en una tumbona, sofá, silla plegable o silla de jardín, puede ser la clave para encontrar ese espació y tiempo de relajación que necesitamos en nuestro quehacer diario.

«Si lo que quieres es relajarte y desconectar, lo mejor es decorar la terraza en tonos neutros»

¿De qué color pinto mi terraza?

Depende de lo que busques. Si lo que quieres es relajarte y desconectar, lo mejor es decorar la terraza en tonos neutros. El beige tiene esa calidez que le falta al blanco y es acogedor y atemporal. Y, aunque se trata de un color siempre de moda, en la decoración de terrazas hace su aparición con estilo y elegancia. Pero si lo que prefieres es un color clásico que nunca falla, píntala de blanco. Este color, por su capacidad para reflejar la luz, va a ser siempre una elección acertada. Pero siempre puedes introducir tu toque personal pintando de algún color veraniego, como un turquesa, un amarillo o un azul la parte baja de las paredes, las barandillas o el marco de alguna puerta o ventana.

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