¿Sabías que más del 40% del agua que consumimos en nuestro hogar es caliente? Con este dato tenemos más que suficiente para saber por qué su buen uso supone un importante ahorro energético, pues la energía necesaria para calentar esa agua tiene un valor 4 veces superior al coste del agua.
Prácticos consejos que ayudarán al medio ambiente y también a tu bolsillo
Empecemos con el WC: un inodoro que pierde agua puede gastar 200.000 litros de agua al año. El goteo de un grifo supone un derroche de 30 litros al día, o lo que es lo mismo, llenar 5 veces al día la cisterna del inodoro.
No uses el WC como “cubo de basura”. Si utilizas una papelera ahorrarás de 6 a 12 litros cada vez. Además, tirar residuos en el inodoro dificulta el trabajo de las depuradoras y contamina el medio natural.
Puedes poner algún tipo de colorante en la cisterna del inodoro: si mancha la taza es que tiene una fuga, repárala, y ahorrarás hasta 2.000 litros de agua al mes.
Si la cisterna de tu inodoro es antigua, introduce una botella llena de agua o arena y asegúrate de que no interfiera en el sistema de funcionamiento. Reducirás el consumo cada vez que lo uses.
Cierra el grifo mientras te enjabonas, afeitas o te lavas los dientes: consumirás 2 litros menos cada vez y unos 10.000 litros menos al año. Un hábito sencillo y que ayuda a la sostenibilidad.
Dúchate en vez de tomarte un baño. Hoy en día, parece muy lógico, pero todavía, en muchos hogares, los lavabos tienen bañera en vez de un plato de ducha. Una ducha de 5 minutos solo necesita 100 litros con un caudal normal (y 50 litros si el grifo está equipado con un reductor de caudal), mientras que bañarte supone más del doble: 250 litros de agua.
Ducharse todos los de la casa seguidos también es una forma de ahorrar agua y calefacción para calentar el agua, especialmente en invierno. De esta manera, el segundo y siguientes no gastan ni agua ni gas en calentarla, porque ya está caliente de la anterior ducha, mientras que, de la otra forma, gastas el agua y el gas para calentarla dos veces. Esto multiplicado por las 25-30 veces que te duchas al mes hace una buena cantidad. En la factura del agua, apenas se nota, pero en la del gas sí que notarás una rebaja del consumo.
Apaga la ducha mientras te lavas el pelo, ahorrarás casi 200 litros de agua a la semana.
Instala un difusor en la alcachofa de la ducha y reduce su consumo a la mitad sin darte cuenta.
Comprueba que el sistema de cierre de la cisterna no quede abierto después de su uso.
¡Ah! y un último consejo: si tienes niños pequeños, báñalos juntos.